El orthos o el programa elegido si se ha utilizado otro, debería estar funcionando unas 4 o 6 horas sin haberse producido ningún problema en el ordenador, tanto de temperatura como de congelación de pantalla o reinicios. Llegado a este punto, si se ha superado el “test”, se puede afirmar que el overclock realizado es estable. Es indispensable conseguir un overclock estable, ya que sin el, el ordenador sufrirá reinicios y bloqueos regulares.
Si el overclock no es estable, debemos volver a la BIOS, y subir un poco el voltaje proporcionado al procesador, ya que al aumentar la frecuencia, el procesador necesita más voltaje. Para ello nos dirigimos a la ruta Advanced/System frecuency/voltaje. Buscamos el apartado VCore, que es el que se refiere al voltaje del procesador, lo subimos el mínimo posible y volvemos a hacer otro test para comprobar la estabilidad del overclock. Es muy importante ir subiendo el VCore poco a poco, ya que es importante subirlo lo mínimo posible, porque es lo que provoca los aumentos de temperatura y el deterioro del procesador. Debemos seguir este proceso de ir jugando con el VCore hasta conseguir un overclock estabilizdo. En caso de que lo consigamos, pero las temperaturas sean altas, tenemos dos soluciones, o bajar la frecuencia del procesador, o buscarse una mejor refrigeración.
Los fabricantes de componentes de ordenador no dan ninguna garantía en caso de daños provocados por overclocking, aunque prácticamente todos los ordenadores de sobremesa vienen “desbloqueados” para poder hacer overclock.
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